La polarización está basada en el desconocimiento del otro y en el acto de despojarlo de su humanidad para transformarlo en un enemigo al que hay que destruir. Es un fenómeno que preocupa a las sociedades porque tiene consecuencias devastadoras sobre la convivencia, la democracia, el desarrollo económico y el bienestar de las personas.

Por eso, en 3xi decidimos conocer cómo estamos de polarizados en Chile, en qué temas estamos más enfrentados y en cuáles hay una visión común. El Primer Estudio Nacional de Polarizaciones realizado en 2023 sentó las bases para empezar a dialogar acerca del papel que cada uno juega en las dinámicas polarizantes. Hoy esa investigación pionera nos permite tener una base referencial para entender cuáles son las brechas a las cuales la sociedad debe prestar atención.

Este año, el estudio nos revelauna sociedad algo más encontrada y menos polarizada, y ciudadanos que conocen mejor a sus opuestos políticos, lo que indica que los estereotipos han perdido fuerza. Nos muestra a personas que seguramente están cansadas de las posiciones extremas y de los eslóganes reduccionistas, y que, por el contrario, aspiran al diálogo y a los acuerdos que permitan construir un país de soluciones. 

En 3xi nos anima la esperanza, como antídoto del miedo y del inmovilismo porque nos inspira la idea de que el sentido está en el entendimiento entre las personas, la conversación y el respeto. Pese a que la actualidad presenta grandes desafíos, a que el futuro parece sombrío en ocasiones y a la idea de que el país está peor que hace un tiempo, estamos convencidos de que solo la confianza en el ‘bien hacer’ genera nuevas oportunidades. La desconfianza no puede generar confianza. Por eso, tenemos que conocernos y enfrentarnos abiertamente a los fantasmas, por ejemplo al de la polarización. 

En la larga experiencia de 3xi, hemos visto que es posible conversar de todos los temas, incluso de los más dolorosos y de los que más división de opiniones generan. También sabemos que es posible sentar en una mesa a las dos partes de un conflicto. Estos espacios de encuentro, en la experiencia de miles de personas que han pasado por ellos, resultan ser transformadores porque dan la oportunidad para descubrir el ser humano (con sus emociones, historias de vida, sensibilidades) detrás del estereotipo o el rol. También son reveladores de los propios sesgos de percepción que llevan a encerrar a un ser humano en una caricatura dibujada con prejuicios. 

Contar con un estudio que anualmente mide dónde y cuán polarizada está la sociedad no sólo es importante para construir ese mapa de las polarizaciones en Chile. También es una herramienta para mirarnos, para reflexionar, para la autocrítica, para involucrarnos, vincularnos y colaborar frente a los desafíos sociales, medioambientales y económicos. Ello nos ayudará a ahuyentar la desesperanza y comprometernos con las actitudes despolarizantes. 

Hablar de polarización también nos sitúa en el mundo porque nos permite compararnos y vigilarnos en el buen sentido, nos ayuda a observar cuáles son las dinámicas que más polarizan para huir de ellas y emprender un camino alternativo, o para escuchar la clase de conversaciones que no generan polarización. También da perspectiva y ayuda a comprender que el fenómeno no es solo local, como tantos otros que compartimos con el resto de los países.

Mejorar el bienestar de las personas, cuidar nuestros ecosistemas, convertirnos en un país desarrollado y ofrecer un buen futuro a los más jóvenes depende de las conversaciones y discusiones que tengamos hoy porque tenemos que decidir cómo alcanzar estos objetivos. Por eso es tan importante que esos diálogos se construyan sobre la confianza, el respeto, la humanización.

La esperanza de construir el encuentro y el diálogo nos mantiene atentos a los riesgos, nos anima a contrarrestar los intentos polarizantes. La esperanza es lo que permite mantenernos juntos aunque no estemos siempre de acuerdo.