Informe de Resultados: Estudio Nacional de Polarizaciones 2024
Ciudadanos menos polarizados y más conectados
El estudio revela que, contra lo que pudiera pensarse, la polarización política cae prácticamente en todas las dimensiones. Es decir, la brecha entre lo que piensan las personas de derecha y lo que piensan las personas de izquierda disminuye. El análisis de las opiniones específicas muestra que hay caídas de la polarización que llegan hasta 10 puntos.
Sea porque hay más convergencia en temas de seguridad y economía o porque se mueve el apoyo de las izquierdas a ciertas ideas asociadas al libre mercado, o por el desplazamiento en las derechas en temas valóricos, la brecha entre izquierdas y derechas disminuye en 13 de las 18 opiniones testeadas.
Por ejemplo, las personas que se identifican con las izquierdas disminuyen su apoyo a la idea de subir impuestos cada vez que se pueda y crece su disposición a la participación de privados en salud y educación. En el caso de las derechas, uno de los cambios más significativos es que aumenta su apoyo al consumo recreativo de marihuana y al aborto bajo cualquier causal.
Se observa que las banderas de la derecha y la izquierda tienden a desdibujarse, de manera que, por ejemplo, el apoyo a subir los impuestos (un discurso tradicionalmente asociado a las izquierdas) pierde 4 puntos de apoyo en las izquierdas, mientras que crece en las derechas 6 puntos (pese a que es una idea que está lejos del discurso de la derecha).
Junto con estos movimientos hacia la despolarización, el estudio muestra que ha aumentado la disposición al diálogo. Este índice, compuesto por un set de indicadores, revela que las personas con una alta disposición al diálogo pasan de 27% a 36%.
La polarización subjetiva también disminuye. Es decir, identificamos con mayor precisión al otro, lo que implica una buena noticia entendiendo que nos relacionamos desde la imagen del otro y la experiencia subjetiva. Que esa idea del otro esté ajustada a lo que él declara, significa que hay escucha y conocimiento de esos opuestos.
Las personas de izquierda aciertan más cuando imaginan lo que opinan las derechas, y éstas identifican mejor el pensamiento de las izquierdas. Puede decirse que los opuestos políticos se conocen mejor o que están menos prejuiciados respecto de las ideas de los otros.
Este escenario junto con el aumento de la disposición al diálogo, es propicio para una reforma al sistema político y social que disminuya la fragmentación.